EL MONSTRUO QUE ENGENDRAMOS

El populismo no llegó de un día para otro. Le empezamos a abrir las puertas cada vez que vituperamos la politica. Cada vez que un personaje se desviaba de la política, del servicio público, y lo seguimos llamando político, en lugar de llamarlo delincuente. Cada vez que en la calle, en el café, en el teatro, en la escuela, en la televisión, en la radio…sin diferenciar entre buenos y malos políticos, los denotábanos o festejábamos que alguien se riera de ellos.

Claro, degradar la política, tenia un propósito. Deslegitimarla para la toma de decisiones. Recuerdo las palabras altaneras y desafiantes de muchos que hoy se retuercen, cuando fueron al  Senado de la República, a propósito de la ley, que hacia ya fuera directamente que los partidos contrataran publiciidad en las campañas, por esta pérdida de ingresos, fueron a ese recinto a gritar y presumir de su audiencia, por demás desafiante.

Las iglesias también han hecho escarnio de la política, pensando en recuperar privilegios y finciones de Estado, que en otro tiempo se han adjudicado.

Repito, el propósito de las descalificaciones a la policía tienen el propósito de minarla para las decisiones públicas y trasladarlas al mercado y a los llamados poderes fácticos.

Pero esta descalificación va contra todas las instituciones y mecanismos psra producir la voluntad de la nación, con el objeto de que su ejecución se diluya.  Como el liberalismo es un régimen que tiene su base en la defensa de la libertad negativa, es decir, de un ámbito intocable por parte del Estado, no admite cuerpos intermedios, que según los liberales, atenten o distorsionan al individuo, por eso los partidos originalmente proscritos, son hijos bastardos, que no permiten que los representantes voten las leyes conforne a su conciencia, porque la linea, retorna al mandato imperativo, de ahi que hay que condenarlos y exaltar la sacrosanta  sociedad civil, pura y limpia de pecados, nomás que olvidan que los dirigentes partidistas y políticos, no vienen de otro planeta, salen de la sociedad real. Con esta letanía los mismos partidos fueron empujados a tomarse muy en serio que se purificaban postulando empresarios o gente ligada a la clase patronal. Los líderes sociales fueron vistos como apestosos, con lo cual los partidos quedaron en el aire, sin base social, sin membresía, solo sus votantes. Hasta ahí, felices los grandes capitales con desterrar a los partidos clasistas y darle la bienvenida a los partidos atrapalotodo, que daría lugar a un sistena con alternancia, pero sin alternativa, esto es, que gane quien gane todo seguirá igual, sin sobresaltos.

Lo que no contaban es que los enemigos del liberalismo capitalizarían esas perversidades de los que manejan los hilos de este sistema.

Los grupos populistas que únicamente tienen en común con el viejo populismo manipular a las masas y ya en 1861, su anticapitalismo, aprovecharon la campaña que hicieron y continúan haciendo, los patrones, las Iglesias, las escuelas, los medios, contra la política, para hacer política, atacando la política, situarse fuera de la política para combatir las élites y mafias del poder. No llamaron a sus organizaciones partidos sino movimientos. Todos esos líderes sociales, mal vistos por las clases dominantes, fueron reclutados para hecer proselitismo y la acción directa. Pepenando inconformidades se presentaron como los únicos que abanderaban las causas sociales.  Siguiendo el consejo de Max Weber, combatieron toda expresión burocrática con un liderazgo carismático, que vendía una imagen no contaminada con la política real, que nunca aceptó una derrota para hacerse pasar como la principal víctima del sistema. En su paso por el gobierno de la CDMX , se erigió como un benefactor de los viejitos, lo que acrecentó su figura providencial. Se tiñó de izquierda, sin serlo, porque al prometer la igualdad, utiliza el eje que define a la izquierda, pero no Iguala nada, porque no distribuye la riqueza, distribuye el gasto, distribución que tiene a punto de estallar al país porque ya se acabó todo.

Como Morena es un grupo formado en el espontaneísmo y el asambleismo, donde no triunfan razones sino el que parece más radical, no tiene ningún respeto por la ley y su gobierno está marcado por la arbitrariedad y el saqueo. Esa es la razón de que Morena, desde que llegó a la presidencia, se empeñara en borrar todo tipo de controles y alianzas para no dar cuenta de sus actos a nadie.

Es un hecho que la estrategia de abrazos y no balazos, beneficia al crimen organizado.  Con estos seis años que ha tenido el crimen organizado para reclutar y armarse libremente, va a ir más allá, obviamente, del 30 por ciento del territorio controlado de que nos dan cuenta las agencias extranjeras. Nada ruboriza a Amlo, que falte poco para alcanzar la cifra de 200 mil muertes dolosas. En lugar de sacar al Ejército Mexicano de las calles, lo involucra en actividades, con lo cual ya no es un ejercicio nacional sino su ejército. En Poza Rica, vimos imágenes de como camiones del ejército acarreaban contingentes al mitin de Claudia.  Vimos como Bucio, como jefe de la Guardia Nacional, estaba en el presidiun de los actos de campaña de Morena. El vinculo de Morena con el sindicato electricista, con la CNTE, con vagoneros del Metro, con ambulantes, con la Asamblea de Barrios, con porros, con vándalos….bueno Alcalde, la secretaria de gobernación, fue exhibida, antes de ocupar ese cargo, llendo en la descubierta de las protestas de los normalistas de Ayotzinapa.

No conforme con sustituir la Suprema Corte de Justicia de la Nación por una Mesa de Judicialización para armar con Arturo Zaldívar, los expedientes contra sus criticos, tiene en proyecto destruirla totalmente, haciendo que jueces, magistrados y ministros respondan al partido mayoritario. Lo que sigue después de demandar diputados que votan contra las iniciativas del presidente, es terrorismo de Estado.

Anular los órganos autónomos, sólo persigue capacidad e impunidad para el gobierno morenista.

Poner al frente del INE, a Taddei, que tiene credencial de Morena y tomar por asalto al Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, delató con anticipación el Megafraude que Amlo, tenía entre manos para instaurar su dictadura.

No señores, no sean chacales, las elecciones no absuelven a nadie. Rocío Nahle, no fue objeto de ninguna guerra sucia. Eso dirán sus bufones, para tratar de absolverla. No. Las elecciones únicamente son para determinar quién tiene el derecho de ocupar una función constitucional, no para limpiar delitos.  Desde aquí mis felicitaciones a todos los que tuvieron el valor de hacer pública o difundir la información para que los electores pudiéramos elegir. Las elecciones son eso: un escrutinio.  Amlo no quiere que pierda  Rocío, porque sabe que tiene que darle curso a las demandas que existen contra ella y si va a la cárcel, lo embarra también.

Para quienes vimos como en cada lugar le gritaban fuera a Rocío, mientras a Pepe lo recibían con cariño y reconocimiento, sabemos que sólo un conteo de votos y actas manipulado puede hacer gobernadora a la Zacatecana.

La lucha por el retorno al Estado de derecho, al imperio de la ley, tenemos que darla en todos los frentes, porque la formalidad, no podemos aceptarla para revestir como legal un robo de una legalidad que está ausente desde el día que Amlo, declaró eso de que a mi no me vengan de que la ley es la ley, por lo que invocamos el retorno a la ley, no una legalidad para legitimar el fraude de Morena.